El Olivo Natural (IV) La plenitud de los gentiles.

Vamos a recapitular un poco lo visto hasta ahora en anteriores artículos:

1. Comprender cuál es nuestra identidad es vital para entender cuál es nuestro propósito y cómo va a ser nuestra relación con Dios y con el prójimo.

2. Dios prometió que de la descendencia de la mujer (Eva) vendría alguien que los libraría del pecado y del adversario (Ha’Satán) . Para ello usó la figura de una semilla que se replica y reproduce mediante mas copias.

3. Esa semilla es el Mesías, y el es la cabeza, el primero de Yisra’El, esta nación espiritual que Dios ha levantado con el propósito de que todas las naciones de la tierra sean bendecidas y redimidas del pecado. Yisra’El está formado por aquellos que son imitadores del Mesías, y cuya finalidad es reflejar su carácter. 

Ahora, vamos a ver un punto, que aparentemente es paradójico con el anterior artículo, donde dejamos rotundamente claro, que Israel no es una nación física sino espiritual.
Sin embargo, hoy vamos a estudiar una profecía, ya cumplida en nuestros días, que es un misterio para muchos de nosotros, pero que es tan real como Dios mismo.

Tenemos que de la descendencia de Yisra’El (Jacob) vendría ese descendiente, concretamente como muchos sabéis, de la tribu de Judá ( Gen 49:10). En el capítulo anterior a esta profecía, ocurre algo muy significativo con los hijos de José:

(Gn 48:8-20 [RV1960])
Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré.
Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó.
Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia.
Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra.
Y los tomó José a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él.
Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.
Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,
el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.
Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.
Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.
Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés.

Esta expresión: »multitud de naciones» está mal traducida. En hebreo dice: »Melo ha’goyim», que traducido al español es : Plenitud/llenura de las naciones/de los gentiles. Os sonará porque el apóstol Pablo usa esta expresión en Romanos 11, lo cual veremos mas adelante. un Goy es una nación sin identidad definida, Israel es un Am, un pueblo con identidad.

No significa meramente un puñado o una multitud de naciones, lo que iba a salir de Efraín. Significa que iba a llenarlas o colmarlas por completo, como se colma un vaso. ¿Y qué implica esto, en qué sentido iba a llenar la descendencia de Efraín a las naciones?

Bien, antes de responder a esta pregunta, vamos a repasar un poco la historia sucesiva de Israel hasta llegar al punto clave:

Si ya habéis leido anteriormente la historia del pueblo de Israel en la Torá (los cinco primeros libros) y los diferentes libros históricos (desde Josué hasta Crónicas) no os resultará dificil recordar que Israel fue introducido en la tierra que había sido de las tribus de Canaán anteriormente (libro de Josué) , hubo una época de jueces y posteriormente eligieron contra la voluntad divina a un rey como los de las demás naciones. Luego Dios escogió un rey conforme a su corazón, David para gobernar sobre las doce tribus. Este rey fue fiel en casi toda su vida y dejó un reino prospero y unido en manos de su hijo, Salomón, que fue su sucesor. Este rey pese a ser el mas sabio que jamás haya existido en la antiguedad, fue rebelde contra la voluntad de Dios, y sus mujeres (que eran muchas) desviaron su corazón. Y este hecho derivó en lo que vamos a ver a continuación:

(1R 11:29-32 [RV1960])
Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo.
Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos,
y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo YHVH Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus;
y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel;
por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David su padre.

Vemos pues que hay una división en el Reino de Israel, dos tribus (Judá y Benjamín) lideradas por la tribu de Judá, formarían la llamada Casa de Judá o de David o Reino del Sur. Y diez tribus (Rubén, Simeón, Aser, Neftalí, Zabulón, Manasés, Gad, Dan, Efraín e Isacar) lideradas por la tribu de Efraín, que era la mas numerosa, formarían Efraín o la casa de Israel o Reino del Norte.

Si seguimos avanzando en la historia, llegamos a otro punto importante:

(2R 17:20-23 [RV1960])
Y desechó YHVH a toda la descendencia de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.
Porque separó a Israel de la casa de David, y ellos hicieron rey a Jeroboam hijo de Nabat; y Jeroboam apartó a Israel de en pos de YHVH, y les hizo cometer gran pecado.
Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam que él hizo, sin apartarse de ellos,
hasta que YHVH quitó a Israel de delante de su rostro, como él lo había dicho por medio de todos los profetas sus siervos; e Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, hasta hoy.

Entonces, vemos que las diez tribus del norte fueron llevadas cautivas a Asiria. Mas tarde la casa de Judá fue deportada a Babilonia, por manos de Nabucodonosor. El siguiente punto a considerar en la historia, es que cuando retornaron a su tierra de su cautiverio, la gran mayoría, por no decir prácticamente todos los que volvieron, eran de la Casa de Judá, tan solo un muy pequeño residuo de los desterrados a Asiria, como dice el profeta Isaías ( Isa 27:13), de las tribus del norte, regresaron junto con sus hermanos Judá y Benjamín. Este hecho se refleja en Esdras 6:17 , donde vemos que se ofrecieron doce machos cabríos, uno por cada una de las tribus, lo que indica que al menos un representante de cada tribu había regresado. Y a todo el remanente se le dió el nombre de judíos, porque la mayoría eran de la tribu de Judá.

Ahora, vemos también reflejado en la profecía, que estas diez tribus iban a ser zarandeadas y esparcidas entre las naciones: 

(Am 9:8-9 [RV1960])
He aquí los ojos de YHVH el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice YHVH.
Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra.

Sabemos que cuando el Señor dice algo, lo cumple. Aqui especifica claramente, que la casa de Israel sería zarandeada entre todas las naciones. Es importante remarcar que es entre todas, no solo entre algunas. Bien, con esto cerramos el círculo y volvemos a la pregunta que habíamos formulado anteriormente en el artículo: ¿Qué implica que la descendencia de Efraín , el hijo menor de José, sería la plenitud de las naciones? Vamos a ver que nos puede decir el apóstol Pablo (Shaul) al respecto:

(Rm 11:25-27 [RV1960])
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;
y luego  (así) todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.
Y este será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados.

Por tanto, la totalidad de los gentiles o naciones serían injertados en Israel, a través de la descendencia de Efraín. ¿Como ocurre esto así? No sabemos, porque es un misterio. Por tanto lo que no ha sido revelado por Dios, lo dejamos en silencio. De alguna manera, a nivel genético, algo de importancia tiene, pero desconocemos en qué afecta. Debemos quedarnos con que al ser Efraín disperso entre todas las naciones, se mezcló con ellas. Y hoy día, podemos decir con certeza que cada ser humano tiene mínimo un ascendiente de la casa de Israel, porque creemos que ahora es el tiempo cuando el Señor está empezando a juntar a su pueblo de nuevo, y eso significa que ya está prácticamente completado el injerto. 

Alguno estaréis pensando: ¿Pero no dijistes que Israel era una nación espiritual, y no fisica, porque entonces también es física? Ahí vamos. El hecho que realmente nos importa, o sea, que es trascendental, es que la razón por la cual pasas a ser parte del pueblo escogido, no es por tu linaje, sino por tu relación con el Eterno. Y esto es lo que desafortunadamente muchos no entienden, aun desde los tiempos apostólicos. Pero de alguna manera también ha sido la voluntad del Eterno, producir esto, para quitar toda jactancia de en medio, ya que si es por linaje, todos serían salvos, pero en verdad dice la escritura:

(Rm 9:27 [RV1960])
También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo;

(Is 10:22-23 [RV1960])
Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.
Pues el Señor, YHVH de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de la tierra.

La palabra »volverá» en hebreo es »shub» de donde viene la palabra »tshubá» que es arrepentimiento genuino, volver al Eterno. Que es el requisito para la salvación. Luego, aunque todos sean descendientes de Israel, solamente un remanente, va a serlo de verdad, como ya explicamos en la anterior parte. Así que, todos a partir de ahora cuando leamos las escrituras, podemos hablar con confianza, sin temor, de que aquellos eran nuestros antepasados. Y esto tiene muchas lecciones prácticas que enseñarnos a nosotros. Mas pasajes que ilustran esta verdad:

(Hab 2:14 [RV1960])
Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de YHVH, como las aguas cubren el mar.

Esta era la misión de Israel desde el principio, ser luz a las naciones, manifestar su gloria. Por medio de la dispersión esto se hace asequible y es difundido.

(Mal 1:14 [RV1960])
Porque yo soy Gran Rey, dice YHVH de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

(Sal 72:17 [RV1960])
Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaventurado.

Otro pasaje mesiánico. También se puede entender en vez de »benditas» como »injertadas» en el. 

(Sal 86:9 [RV1960])
Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre.

(Is 66:18-23 [RV1960])
Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.
Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.
Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a YHVH, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice YHVH, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de YHVH.
Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice YHVH.
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice YHVH, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.
Y de mes en mes, y de shabat en shabat, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo YHVH.

Notad como los hermanos son traídos de entre las naciones, no de en medio de ellas, es decir, que forman parte de esas naciones también.

Proseguiremos y concluiremos esta serie en nuestro próximo artículo. Donde hablaremos de las consecuencias prácticas de que seamos descendientes de Israel. Y que implicaciones tiene si queremos en verdad ser salvos y ser parte de su pueblo y de su Casa. 

Shalom aleijem (la paz de Dios sea con vosotros) . 

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