Cómo me gustaría que muchos hermanos pudieran entender cual es su identidad como hijos de Dios. Y que en ello se centra todo el plan de Dios para redimir al ser humano de sus pecados.
El principal problema que enfrentan los creyentes en Yeshúa (Jesús) tiene que ver con cuál es su identidad, y que es lo que Dios pide de ellos, como hijos. ¿Porqué es tan importante este tema? Simple, cuando yo me acerco a la Biblia y leo los pasajes y las enseñanzas condensadas en ella … ¿Me siento identificado? ¿Yo también formo parte del »cuadro» que los autores bíblicos han pintado? ¿Son solo historias con moraleja, o abarca también presente, pasado y futuro?
Si leemos la Biblia, nos daremos cuenta de que los mensajes registrados no solo eran para las personas que vivían en el tiempo en que fueron escritos. Pongamos varios ejemplos:
1. Estas son palabras de Moisés a los hijos de Israel, poco antes de entrar en la tierra prometida, quien es autor de los cinco primeros libros de la Biblia, conocidos como Torá o instrucción:
(Dt 29:10-15 [RV1960])
Vosotros todos estáis hoy en presencia de YHVH vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel;
vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua;
para que entres en el pacto de YHVH tu Dios, y en su juramento, que YHVH tu Dios concierta hoy contigo,
para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento,
sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de YHVH nuestro Dios (los extranjeros, no naturales), y con los que no están aquí hoy con nosotros.
2. Cierta ocasión posterior, Pedro (Qefas), hablando a sus compatriotas, también israelitas, les dijo:
(Hch 2:38-39 [RV1960])
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo (Yeshúa Ha’Mashíaj, en hebreo) para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
3. Aún mas adelante, Pablo escribiría a los romanos estas palabras de amonestación, respecto a lo escrito:
(Rm 15:4 [RV1960])
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
Así que, podríamos estar incluídos en estos pactos, o en estas promesas, y nosotros estamos leyendo sin darnos cuenta, de qué es lo que Dios espera de nosotros, ni de que realmente formamos parte de algo mas grande o … digamos… que nuestro Padre nos llama a ser parte de algo más grande, y cómo no, más íntimo y cercano a El. E incluso nuestra salvación podría depender de cómo nos identifiquemos en esto… Ya que en los últimos días, el enemigo va a traer tanta confusión, que aún los escogidos podrían ser engañados, como dijo nuestro Mesías. Por tanto la exigencia será mayor, por la luz que Dios está derramando, y aun está por derramar sobre este mundo, respecto a si mismo, para que sus hijos no sean confundidos. No podemos dormirnos, pensando que Dios nos va a salvar de cualquier manera, aun en desobediencia. De hecho, de eso mismo nos quiere salvar Dios, de la desobediencia, del pecado.
Si nosotros nos identificamos como hijos de Israel, entonces el pacto, que hemos leido al principio que Dios estableció con ellos, también lo es para nosotros, que no estabamos presentes en aquel día. Y esas instrucciones son también para nosotros, porque El es nuestro Dios, y nosotros somos su pueblo. ¿Será que ser hijos de Dios, y ser hijos de Israel es la misma cosa?
Pensemos en esto: Un hijo que está en casa de su Padre, acata sus normas. ¿Pensamos que nosotros vamos a vivir junto a nuestro Padre celestial en su casa, si le desobedecemos aqui en el mundo? ¡Dios no lo quiera! Es más, la señal de que nosotros somos hijos suyos, es que guardamos sus mandamientos de corazón, no solo con apariencias claro. Nace de nosotros ese deseo de hacer lo que nos pida, porque El ya ha hecho mucho por nosotros, nos ha mostrado su amor, y ahora nosotros le queremos corresponder dándole lo que a El mas le gusta:
(Dt 5:29 [RV1960])
¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!
(1Jn 4:19 [RV1960])
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
Si no entendemos cuan grande es el amor de Dios por nosotros, no vamos a poder amarle y corresponderle de la misma manera que El hizo con nosotros… Y para esto, tenemos que saber quiénes somos, para saber lo que Dios quiere que guardemos.
Me gustaría que en los próximos artículos, que hablaremos sobre Israel, el olivo natural, el proyecto de Dios para redimir a todo hombre, sin excepción, nos acompañes. Veremos que Israel fue lo que fue, porque Dios estaba con ellos. Y a El le conocemos como Dios de Israel.
Recuerda, que en la nueva Jerusalén, morada de Dios y su pueblo, habrá doce puertas, una para cada una de las tribus de Israel. ¡No hay mas puertas! Afuera como dijo el Mesías en sus parábolas, solo habrá tinieblas. ¡Imagínate lo importante que es entender esto entonces!
Que tengas una buena semana, shavúa tov!